..."EL VIAJE DEL HEROE"...
Estaba sentado sobre el mundo, un mundo que daba vueltas con una energía propia, tan escencial que estando dentro de él no lograba percibir su rotación.
Pero pensaba, y gracias a ese pensar poco a poco fuí dándome un impulso para viajar, lejos, tán lejos como para llegar a mi propia escencia, sin darme cuenta realmente de lo que ello significaba, sin darme cuenta realmente que aquella imperceptible rotación era propia, nada más que mi propia vitalidad y nada menos que mi propia muerte celestial.
Iniciando entonces aquel viaje, fuí reconociendo un pasado perdido en el olvido de la carne, en la lujuria del tacto consciente; fuí reconociendo, primero por medio de las voces, voces que nadie en el mundo podía oír mas que yo, es decir, eran mensajes provenientes de la escencia del mundo a mi propio ser, que me eran comunicados por medio de las emociones, emociones que poco a poco, equitativamente al nivel del dolor que me provocaban me iban despertando cada vez más, hasta darme cuenta que con aquella ancestral primera emoción había comenzado el viaje que me llevaría al tesoro bajo el arcoíris.
Mientras avanzaba en mi espiral interior, otros mensajes me eran comunicados, mensajes que ocupaban como llave a mis sensores, mis portales, mis puntos luminosos que me conectan con el otro lado de la existencia, la que se encuentra mirando desde el tercer ojo hacia adentro. Eran imagenes, sonidos , aromas, texturas, señales, cada una de ellas estructurada de tal forma que eran analogas a cualquier civilización, y como tal, impulsada a la involución, para llegar en algún momento al punto escencial, la única realidad, más allá del hombre, más allá de los arquetipos, más allá de la herencia nunca pedida, pero que a pesar de todo consiste en el punto de partida para este viaje llamado interrogación.
Entonces, una vez abiertas y cruzadas cada una de las entradas, salgo aquí, a este lugar mientras leo, a este lugar mientras escribo y pienso, según sea mi voluntad, para empezar a responder las cuestiones que siempre han existido, pero que sólo ciertos individuos, que sólo ciertos animales pueden darse cuenta de su existencia, para responder para sí mismos por ejemplo, ¿qué es el amor?, ¿qué es la muerte?, ¿que es la vida?, ¿qué es el odio?.
Y esa respuesta que ahora encuentro es tán fugaz que prefiero dejarla plasmada aquí, en estas líneas, con las que se construyen los ríeles de la comprensión, para comenzar asi la segunda parte de este viaje, es decir, la negada conclusión, es decir, la destrucción del todo, para construir desde la nada un nuevo mundo, uno que tal como el anterior es propio, era y será yo mismo, pero que entonces será conscientemente mío, dios de mi mundo y demonio de mi realidad.